Nos gusta contar historias de emprendedores y aquí tenemos una gran mujer que un día decidió cambiar su vida. Lili Lira es el alma de El Solaz, un campo en Capilla del Señor que comenzó como una “casita de fin de semana” y se convirtió en un emprendimiento familiar. Te invitamos a conocer su historia en primera persona.
“La idea de una huerta orgánica surgió hace mas de 12 años, la iniciativa de cultivar la tierra sin usar herbicidas, ni insecticidas químicos, era algo que aprendí de mis abuelos italianos, Mi abuelo David Lira y mi abuela Teresa Cavo, tenían una gran huerta con verduras y frutales en Teodelina, un hermoso pueblito en el sur de Santa Fé.
Vendí un departamento que tenía de soltera en Martinez y adquirí una parcela de campo en Capilla del Señor. A ese lugar lo bautice “El Soláz“. Y sería el lugar de encuentro de amigos y familia en los tiempos de ocio.
Desfilaron allí, muchas alegrías. Encuentros de amigos de mis hijos, cumpleaños sorpresas, divertidas fiestas en año nuevo, y pascuas, pequeñas despedidas de solteras, grupos de amigos que venían a pasar el día o celebraban su amistad con nosotros. Hasta organizamos un casamiento con queridos amigos que viniendo de países lejanos eligieron que este lugar los cobijara en su enorme felicidad.
Los inicios
Fue muy duro comenzar, tenía muchas ganas, pero poca experiencia y pocos recursos. Todo fue a pulmón. Mi esposo y mis hijos estuvieron ayudando en la puesta en marcha de la casa, el parque, cada uno, con sus habilidades y destrezas. Todos nuestros fines de semana se dedicaban a hermosear el lugar y todos los ingresos de mi trabajo como docente y los ahorros, fueron a para allí.
Fueron años de mucho sacrificio. Pero cada día el lugar estaba más lindo y más completo.
Hice muchos cursos en diferentes lugares: parquización, huerta orgánica, floricultura, y continuo aún con producción vegetal orgánica en UBA. Leí muchos libros, ensaye y me equivoqué infinidad de veces.
La frustración me dio fuerzas para encarar este proyecto una y otra vez, con más empuje. Al principio la verdura era pequeña, la tierra necesitaba trabajo, más humedad, hice análisis de su composición, ajusté la falta de agua también la composición del abono orgánico, y de pronto comenzaron a surgir sabrosas lechugas, acelgas, y demás verduras que fueron apreciadas por amigas, vecinas y conocidos que de boca en boca, me pidieron si les llevaba una bolsa con verduras.
Agregamos gallinas, y comenzó de a poco a transformarse en una granja.
El trabajo con la tierra
Cultivamos en pequeña cantidad, verduras de estación a campo abierto, fertilizamos con compost orgánico, humus de lombriz, no usamos fertilizantes químicos.
Combatimos los insectos dañinos con preparados orgánicos tales como purín de ortiga- macerados de alcohol y ajo- agua de tabaco, entre otros y conservamos y cuidamos los insectos beneficiosos.
Hay mucho trabajo manual con la hierba silvestre, y la rotación de cultivos. Amor y paciencia en cada surco y mis ojos vigilantes.
Las verduras tienen su sabor natural, al ser cortadas y repartidas inmediatamente, conservan todos sus nutrientes, se mantienen mejor y más tiempo en la heladera.
Soy de la idea que el trabajo de la tierra es terapéutico, ver germinar esa pequeña semilla, da vida y promueve la esperanza, por lo tanto lo aconsejo para las personas que pasan por períodos de depresión o angustia, para los chicos con necesidad de mayor actividad o los que se sumergen solo en la tecnología, y les cuesta despegarse. Para lo cual asesoro y guío el trabajo, en las huertas domiciliarias. Como así también aconsejo ( o sugiero), en la introducción y el uso de las verduras en la dieta diaria de niños y adultos.
¿Qué se puede hacer en El Solaz?
Se puede pasar un día de campo, utilizando la pileta, realizar celebraciones y conocer la huerta y granja.
Con el trabajo de la huerta, vendemos bolsones que tienen un poco de todo lo que se cultiva en cada estación y van variando con las estaciones del año. Alcanza perfectamente para una familia tipo de cuatro personas, para una semana. Son alrededor de 12 productos diferentes, con hierbas frescas y aromáticas para enriquecer las preparaciones en forma natural. Los pueden solicitar por mensaje privado en Facebook la página de “El Soláz“, donde también incluyo novedades, información y fechas para visitar el lugar.
Juan Pieretto
1 junio
Hola Lili…Que lindo….me encantó el relato..les deseamos lo mejor..besos a Todos…
María Elisa Sancerni
23 noviembre
Felicitaciones Lili,!!! cuanto trabajo y esfuerzo y que alegría ver el resultado de este proyecto que ya esta dando sus frutos. Muchísima suerte!!! Besos
Gerardo Cavo
22 noviembre
Lili , que amor a la tierra y lo natural , felicitaciones desde lo mas profundo de mi corazón , vivo en medio de las sierras y me encanta lo que hacen uds. prometo ir a visitarlos , no sabía lo mucho que trabajan en eso , realmente hermoso , te darás cuenta que soy un gran admirador de la naturaleza , sigan adelante en todo eso tan bello .
Melisa GL
22 noviembre
Excelente nota, todas las creaciones de El Solaz son sin duda una delicia. Se nota el amor, la calidad, la paciencia en cada una de sus hojas. Digno de conocer y probar!
Patricia Cudós
22 noviembre
Brillante nota a Lili Lira y su Solaz. Magnífica emprendedora, ejemplar mujer.
Constanza
22 noviembre
Lili que hermoso es “El Solaz” tengo el gusto de haber probado sus verguras organicas tambien sus huevos de campo y las mermeladas caseras que realiza con sus plantaciones de fruta. Una exquisites. El lugar es un verdadero refugio para descanzar y pasar un dia de amigos y familia.
Lili Lira
28 noviembre
Gracias a todos por las palabras afectuosas, por animarme a continuar con mi proyecto.
Gracias por alegrarse de mis logros, por acompañarme en el camino de sembrar.
Gracias a mis amigos y familia.
Gracias a la Revista Lima por su sensibilidad y por luchar con amor por el medio ambiente.