Un conjunto de tapas de barriles reciclados de colores arcoíris invaden la ciudad. De la mano de Ramos Castellano Arquitectos, los vibrantes círculos son una cáscara exterior única para el espacio renovado en su interior. No solo son llamativos a la vista, sino también funcionales; las tapas pueden inclinarse (como persianas), lo que permite un mejor control del flujo de aire y la luz solar en la propiedad y la capacidad de mantener pasivamente la temperatura interna del lugar.
Los arquitectos, Eloisa Ramos y Moreno Castellano, ven la fachada como diferentes maneras de rendir homenaje a los diversos aspectos de Mindelo. Cada barril, por ejemplo, se ve como una nota musical. “Queríamos usar el fenómeno perceptual de la sinestesia, así que se invitó a un compositor y multiinstrumentista caboverdiano, Vasco Martins, a participar y escribir la música detrás de los colores”, dijeron en un comunicado. El resultado rinde homenaje a “las tradiciones musicales de las islas y transmite una alegría musical visual a la plaza”.
La apariencia de mosaico destaca en un mar de arquitectura tradicional, que es principalmente blanca y gris. Es ideal para un lugar que se centra en la creatividad y es una forma de conectarse con el entorno urbano más amplio. “[L]os barriles se usan para todo, como contenedores y como materiales con muchos usos”, explican Ramos y Castellano. El área, que es un archipiélago, tiene una historia de comercio. “Nuestro enfoque fue derribar las paredes y abrir el patio a la ciudad y usar esas tapas de barriles para crear una piel separada que cubre todo el museo, rindiendo homenaje a este objeto simple que está tan arraigado en la vida de la gente de Mindelo”.
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