La artista Veronika Richterov da nueva vida a las botellas de plástico PET transformándolas en esculturas caprichosas. La creativa con sede en la República Checa corta, calienta y ensambla contenedores de diferentes formas, tamaños y colores para que parezcan una variedad de plantas. Sus formas brillantes y translúcidas son encantadoras representaciones de cactus florecientes, orquídeas, rosas y mucho más.


El trabajo de Richterov no solo está informado por estos objetos de plástico desechados, sino que se ha convertido en una obsesión para ella. Hace años, notó que el diseño de las botellas PET cambia rápidamente y que, a medida que algunos tipos populares desaparecen repentinamente, surgen otros. La artista se dio cuenta entonces de que debía catalogar todos sus diferentes colores y estilos. Así que, junto con su esposo Michal Cihlr, comenzaron a acumular una colección en 2007. El resultado es más de 3.000 objetos de plástico PET de 76 países con muchos diseños diversos.

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