En los últimos seis años comenzó un trabajo lento pero firme de distintos grupos de ecologistas, arquitectos e ingenieros civiles que investigaron y llevaron a la práctica distintas técnicas alternativas de construcción de bajo impacto ambiental. La labor comenzó a florecer: cada vez hay más ciudades que cuentan con una ordenanza que habilita, reglamenta y promociona métodos de construcción sustentable realizadas con tierra cruda, paja encofrada, entramado de cañas, muros de neumáticos, relleno de botellas de plástico y terrazas verdes, entre otros materiales.
Hace dos semanas la ciudad de Mar del Plata se sumó a una extensa lista de municipios que cuentan con este tipo de normas: Santa Rosa (se aprobó en noviembre pasado y se convirtió en la primera ciudad capital de una provincia en habilitar estas técnicas de construcción), Winifreda y Colonia Barón, en La Pampa; Bahía Blanca, Coronel Suárez, Tornquist y Ayacucho en la provincia de Buenos Aires; Luis Beltrán (fue el primer municipio que la aprobó), Bariloche, El Bolsón, San Martín de los Andes, en Río Negro; El Hoyo en Chubut y Cachi en Salta. Eso sí, en varios municipios aún falta un paso: la reglamentación de la ordenanza.
El especialista en construcción en barro, Rodolfo Rotondaro, profesor adjunto Fadu-Uba e investigador del Conicet, cuenta que el trabajo comenzó en 2010 “ante la demanda de construir viviendas con ventajas ambientales que colaboren con lograr una menor contaminación y una reducción del efecto invernadero (que genera la fabricación de varios materiales de construcción convencional). Y al tener menores costos, resulta accesible a las clases medias y bajas”.
“Empezamos a investigar -continúa- y al tiempo surgieron grupos empíricos de autoconstrucción. Fue un caldo de cultivo que sirvió para que estas ideas florecieran y se llevaran a la práctica en varias ciudades”.
El Concejo Deliberante de General Pueyrredón aprobó la ordenanza y declaró a estas técnicas de interés municipal. La norma dice que se autoriza el método de construcción en tierra cruda y las tecnologías de construcción con tierra afines, detalladas en un anexo.
En Mar del Plata participó la Cooperativa Caminantes y la Estación Permacultural. “Estamos muy contentos de haber podido concretar esta meta y esperamos que ahora mucha más gente se anime”, dice Juan Pilotta.
También autoriza la aprobación, visación, inspección final de obras y/o habilitación por parte del organismo de aplicación del municipio, y crea una mesa de trabajo para la reglamentación de la ordenanza, compuesta por representantes del Ejecutivo, asociaciones civiles, organizaciones sociales, colegios profesionales, organismos públicos provinciales, la Universidad Nacional de Mar del Plata.
La norma aclara que “siempre que se trata de construcciones realizadas utilizando tierra cruda en climas húmedos como es el caso del Municipio de General Pueyrredón, es sumamente recomendable la utilización de sobrecimientos y aleros adecuados para minimizar la exposición de las superficies exteriores a las condiciones climatológicas extremas”.
Entre las técnicas se destacan las que utilizan bloques (adobe, bloques de tierra alivianada), pared de fardos de paja, bloques de tierra comprimida; las monolíticas como paja encofrada, tapial, moldeo directo, superadobe, y las de entramados, como de cañas o listones (quincha), paja enrollada, rollos sobre alambre (enchorizado) técnica de malla. También técnicas con materiales reciclados como muros de neumáticos, quincha con relleno de PET, cubiertas vegetales o terrazas verdes.
“Estamos empezando a gestionar un grupo de trabajo en el INTI para diseñar normas IRAM para este tipo de construcciones”, informa Rotondaro. Y agrega que desde Fadu-Uba brindan charlas y asesoramiento sobre este tipo de métodos, a municipios y firmas privadas. Próximamente comenzará a dictarse un curso en Fadu-Uba sobre Tecnología y Proyecto de la construcción con tierra. Más información se puede escribir a centrocap@faduuba.com.ar yrodolforotondaro@gmail.com.
FUENTE: http://elhorticultor.org
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