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La historia de Eduardo, atleta olimpico

La historia de Eduardo, atleta olimpico

“Mi nombre es Eduardo Gauto, tengo 28 años, nací el 21/12/1987 en Lanús. Marido, papá de dos niños, yudoca, Ejecutivo de Cuentas en Staples (una empresa de venta de productos de oficina), hincha de boca. Desde los 4 años, debido a un accidente, soy Ciego total” asi es la presentacion de Eduardo, deportista que compitió en los Paraolimpicos de Brasil este año.

Eduardo nos relata en primera persona su historia.

“Comencé a practicar judo, en forma recreativa, a los 9 años, en la Escuela N° 12 de Lanús, de la mano del sensei Juan Carlos Perluzzo. Llegué gracias a un intento frustrado de practicar otro arte marcial. Recuerdo que cuando estaba en 4° de la escuela primaria, de un club de la zona pasaron repartiendo becas de Taekwondo, y después de insistirle hasta el hartazgo a mi mamá, ella me llevó. El tema fue que, con muy buen criterio, no me aceptaron dado a que para este deporte, al no ser de contacto, es fundamental la visión, y siendo ciego probablemente hubiese sido el loco que pateaba el aire y recibía todos los golpes.

En ese entonces yo concurría a un colegio común y a otro especial al mismo tiempo, y la profesora de educación física de la escuela 506 de ciegos y Disminuidos Visuales de Lanús, Érica Chiodi,  habiéndose enterado de la situación, me recomendó que pruebe el Judo.

Pero desde fines del 2008, cuando el actual entrenador de la selección, Guillermo Traba, me convocó para entrenar y formar parte de la selección paralímpica, fue que empecé a tomarlo con mayor seriedad.

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Mi primera experiencia internacional fue en 2009, en un Parapanamericano, en Colorado Springs (Estados Unidos). Recuerdo que fue muy gratificante, ya que pese a mi corta trayectoria obtuve medalla de plata. Después tuve otros dos torneos, un mundial en Turquía y otro Parapanamericano en México, en el 2011, donde no me fue bien pero si de los cuales pude aprender muchísimo, finalizando allí el ciclo clasificatorio a los juegos de Londres, evento del cual quedé fuera.

Y en el 2013, fue cuando puedo decir que empezó esta linda locura, que fue conseguir la clasificación para Río2016

En 2014, conseguí el noveno puesto en el mundial de Colorado Springs, nuevamente en Estados Unidos; en 2015, me ubiqué en el séptimo y noveno lugar en los mundiales de Eger y Seúl, Hungría y Corea; y en agosto del año pasado, fue en donde tuve mi mejor actuación, volviendo a sacar medalla de plata, en los juegos Parapanamericanos de Toronto, Canadá, donde terminé de cosechar los puntos necesarios para garantizarme la plaza en Río, obteniendo el octavo lugar del ranking mundial”

¿Qué te impulsa a practicar deporte luego de tu trabajo?

Francamente, no lo sé… El deporte me gusta, me otorga un apoyo económico, es muy bueno para la salud, etc, pero de todas formas, muchas veces pensé en que si valdría la pena tanto esfuerzo, y por suerte, los resultados me dicen que sí.

Los días son largos, con trabajos físicos matutinos, previos a la jornada laboral, para continuar luego con las ganas de enfrentar mis deberes y obligaciones en Staples, la empresa donde trabajo, y a posterior, culminar el día con el segundo turno de entrenamiento.

Arranco temprano, tipo 05:30 de la mañana, para desayunar tranquilo, y salgo. Me tomo el 33 para llegar al gimnasio, camino hasta Staples, y a la tarde combino con el Roca y el subte para ir hasta Núñez, al Cenard, y vuelvo a tomar el colectivo para llegar a casa, tipo 23:30, donde me esperan mi mujer y mis nenes para cenar y jugar.

Se soporta frío, calor, lluvia, cansancio, dolores, lesiones, dietas estrictas; etc, pero con dedicación se puede. Una de las cosas que más me afecta, es dedicarle poco tiempo a mi familia; sobre todo a mis hijos, que extrañan, reclaman, demandan, pero ahí aparece mi esposa, para contener y apoyarme  incondicionalmente en lo que hago.

Mi participación en estos juegos, además de ser algo único por ser mi primero y lo que conlleva un evento de tal magnitud, también será muy especial porque voy a tener una gran hinchada. Gracias a Staples, mi familia, va a estar alentándome desde la tribuna, ya que la empresa colaboró conmigo, no solo como lo hizo siempre autorizando mis licencias para que pueda competir, sino que además me apoyó financieramente para que mi esposa e hijos puedan estar presentes, asumiendo la totalidad de los gastos de traslados y estadías, algo por lo que le voy a estar eternamente agradecido.

¿Qué sentís cuándo te dicen que sos un ejemplo?

Que me tomen como ejemplo me incomoda. No soy más ni menos que nadie, trato de vivir lo más normal posible. Pretendo ser uno más, con defectos y virtudes, pero por supuesto, con algunas limitaciones, soy ciego.

Muchas personas me elogian por lo que hago, no solo por lo deportivo, porque trabajo, porque tengo una familia, porque me manejo solo, porque tengo que hacer el mantenimiento de la casa, etc; pero son cosas que podemos hacer todos, solo hay que tener ganas, perseverancia, seguridad, independencia, educación, y podría escribir varias cualidades más, pero resumo diciendo que si se quiere, se puede. Todos a lo largo de la vida hemos tenido que vivir muchísimas cosas, buenas y malas, pero de todo hay que ver el lado positivo y seguir adelante; sin ir más lejos, si no fuese ciego, no sé si hubiese practicado judo, y ahora, no estaría por participar del torneo con el que sueña cualquier atleta.

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Como cualquier deportista debes tener tus objetivos, ¿Cuáles son?

Me gustaría poder transmitirle toda mi experiencia a los que vendrán, a las generaciones que están en desarrollo. Esto tiene que ser un multiplicador para que en futuras ediciones la delegación paraolímpica Argentina sea mucho más numerosa y de mayor nivel.

Sueño con abrir un centro deportivo olímpico y paraolímpico, donde formar futuros atletas que luego representen al país.

¿De qué manera el deporte puede ayudar a una persona a superar dificultades físicas?

De muchas maneras. El deporte puede ayudar en la rehabilitación, en la sociabilización, en la inclusión y hasta económicamente.
A mí, me toca hablar del judo paralímpico, y este, tiene la particularidad, de tener muy pocas adaptaciones en relación al judo convencional, lo cual, le permite a los ciegos o disminuidos visuales, poder entrenar con personas que ven, posibilitando una inclusión plena. E igualmente, soy un convencido, que cualquier deporte conduce al mismo lugar, sin importar el camino: el éxito.
Personalmente, puedo decir que pude conocer a mucha gente, hacer amigos, viajar por el mundo, y hasta conocer a mi mujer (vale aclarar que ella ve).


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