¿Sabías que cada año alrededor de 12 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos? Se estima que el 10% de estos plásticos son de origen pesquero y aproximadamente 640.000 toneladas corresponden a redes de pesca abandonadas, perdidas o descartadas. A la deriva, las redes provocan un gran impacto ambiental como residuo y ocasionan la muerte de diversas especies marinas que quedan atrapadas. Anualmente, más de 135.000 ballenas, delfines y otros mamíferos marinos quedan atrapados.

En este sentido, y en el marco de su campaña local de compromiso con la vida marina “Guardianas de los Océanos” junto al Instituto de Conservación de Ballenas, La Roche-Posay participó de Bioferia con el objetivo de seguir difundiendo su compromiso e invitar a las personas a concientizar sobre la importancia del cuidado de las ballenas.

El pasado 6 y 7 de mayo La Roche-Posay, participó con un stand en Bioferia donde se desarrollaron actividades lúdicas y participativas para todo el público. El objetivo de la participación consistió en seguir difundiendo el compromiso con la vida marina ya asumido por la marca a partir de Guardianas de los Océanos, la campaña que lleva
adelante en alianza con el Instituto de Conservación de Ballenas. En este marco se invitó a las personas visitantes a tomar conciencia sobre el rol que tienen las ballenas en el ecosistema, los problemas a los que se enfrentan y la importancia de preservarlas.

En el espacio “Guardianas de los Océanos” se pintó un mural que captura CO2, haciendo alusión a la capacidad que tienen las ballenas de capturar este gas. Se estima que una ballena a lo largo de toda su vida, puede capturar la misma cantidad de CO2 que miles de árboles, por lo que son clave en la lucha contra el cambio climático. El dióxido de carbono capturado durante los días que estuvo expuesto equivale a 10 árboles adultos respirando al mismo tiempo.
El mural, que fue pintado de manera colaborativa por la muralista Mechu Diamante, la organización Bambú Sustentable, referentes locales y el público visitante, tuvo como protagonista a Pionera. Se trata de una de las primeras ballenas francas australes foto-identificadas por el Instituto de Conservación de Ballenas en las costas de Península Valdés.

La importancia de retratar a Pionera también radica en demostrar el impacto que tienen las actividades humanas sobre las ballenas. Este ejemplar tiene una herida en su cola causada presuntamente por una soga de pesca.
Las redes de pesca descartadas o en desuso en el mar son una amenaza letal para las ballenas.

Además, son una fuente importante de contaminación plástica en el mar. Se estima que cada año alrededor de 12 millones de toneladas de plásticos terminan en los océanos.

Se estima que 10% de los plásticos en los océanos son de origen pesquero y aproximadamente 640.000 toneladas corresponden a redes de pesca abandonadas, perdidas o descartadas, que se denominan “redes fantasmas”. A la deriva, las redes provocan un gran impacto ambiental como residuo plástico y ocasionan la muerte de diversas especies marinas que quedan atrapadas.

Anualmente más de 135.000 ballenas, delfines y otros mamíferos marinos quedan atrapados en “redes fantasmas”.
A través de 4 ejes de trabajo (gestión, investigación, sensibilización y capacitación), la campaña Guardianas de los Océanos busca contribuir con la preservación de la ballena franca austral de cara a prevenir la contaminación plástica y los impactos en la biodiversidad marina ocasionados por redes de pesca y otros elementos plásticos descartados por las actividades pesqueras en el Mar Argentino.

Para conocer más sobre los resultados logrados hasta el momento, ingresar aquí.

Para más información sobre el compromiso y los pilares de trabajo de Guardianas de los Océanos, ingresar en: https://www.laroche-posay.com.ar/event/guardianas-de-los-oceanos.