A 20 años de la aprobación de la primera semilla transgénica en Argentina, Greenpeace propone a la agricultura ecológica como la solución a los problemas que se esconden detrás de las falsas promesas de la agricultura química.
Greenpeace denuncia que la agricultura basada en semillas modificadas genéticamente y el uso masivo de agrotóxicos afectó la calidad del suelo cultivado, aumentó los costos de producción y puso en riesgo la salud de agricultores, comunidades rurales y consumidores.
Según la organización, solo la agroecología, un sistema de producción sin agrotóxicos ni cultivos transgénicos que respeta la biodiversidad y busca acortar la cadena de comercialización, es capaz de producir alimentos sanos, resistir a los efectos del cambio climático y alcanzar beneficios económicos estables.
“Los agricultores ecológicos, en cambio, conservan y seleccionan la mejor variedad de sus semillas, las intercambian y de esta manera no dependen de las grandes empresas. No sólo eso, sino que buscan el equilibrio de su agro-ecosistema; esto les ofrece mayor estabilidad productiva y económica, incluso frente al cambio climático” explicó Franco Segesso, coordinador de la campaña de Agricultura y Alimentos de Greenpeace.
De acuerdo a los informes de la organización, la agroecología ofrece un sistema agropecuario que protege la biodiversidad del suelo y por lo tanto tiene mayor capacidad de resiliencia frente a una sequía o inundación.
“Los agricultores ecológicos argentinos, sin apoyo del Estado, han demostrado que no hacen falta los cultivos transgénicos y que protegiendo la naturaleza pueden obtener buenos resultados productivos que ofrezcan alimentos de calidad para la sociedad” concluyó Segesso.
La organización reclama políticas de apoyo a la agricultura ecológica y la eliminación progresiva del uso de transgénicos y agrotóxicos.
Crédito de las imágenes Martín Katz / Greenpeace
Mitos y verdades sobre los transgénicos...
3 mayo
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